Políticamente hablando me he convertido en aquella que no he querido sin mas que un zaguán de dictomías aferradas y desafortunadas a las paredes, resistiendo imponentes a ser abordadas, clavando sus uñas y dientes a la cal , aplacadas y apiladas implacables unas contra otra escondiéndose de la memoria, entre ellas un umbral que sostiene a mis abnegadas y caprichosas ganas de no recordar.
Algunas controversias frustradas se suicidan descolgándose tembleques de las verosimilitudes volátiles de no poder perder ni encontrar la verdad. Y se sueltan deploradas las palabras en el aire suspendido, entre letra y letra un espacio infinito en el que me zambullo y hayo a otras palabras desencontradas, indefinidas, indescriptibles, intraducibles, entre letra y letra colgadas del aire hay un purgatorio inagotable y sublime.
Por el rió depurado y destilado se asean pecaminosos mis remordimientos, ensuciándose de vanidad y compromiso, haciéndose el pecado carne y el verbo en humano verborragico con sentencia infundada queriendo justificarse arrepentido mientras son lanzados mis arrepentimientos desde la roca Tarpeya sin un perdón concedido.
Entre el bálsamo ansiolitico bordo se sumergen mis inquietudes e impotentes rencores que me han paralizado y decapitado la marcha y subrogado la pena por la condena inconclusa.
Otras incertidumbres abandonadas son devoradas por los lobos de los infiernos boscosos habituales en mi memoria.
Aun yo no me resigno y me mantengo de pie un tanto soberbia otro tanto entre dormida. Cualquier mínimo movimiento sin calcular significaría caer al vacío, mis pies están juntos, y cada vez mas el tiempo se devora el efímero espacio, arrinconándome tiesa a la única baldosa que apoyan mis zapatos. Atormentada estiro mi cogote estrechando mi mirada hacia la nada y luego sobre mis hombros, el vació me ronda. El umbral ya se había desvanecido heredando el polvo de los resentidos, reprimidos y retorcidos, impregnando el ambiente de memorándum . No quedaba salida. Así que salté. Salté al vacío, sucumbí ante la nada y a la vez a la totalidad mediocre de los ningunos. Y voy cayendo, sigo cayendo, voy buceando entre medio de la inimaginable y sorprendente nada, solfeando entre semicorcheas, fusas y musas, voy cayendo a la memoria olvidada que poco a poco es recordada. Sin umbrales voy divisando a lo lejos mis dictomias paralelas como se van estrechando la mano cuantificando la nada en el todo, reconstruyendo nuevamente mi identidad enviciada .
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