Se trataba de una mujer que podías hallarla horas parada sobre un bloque de hielo, o sobre brazas ardientes que ni se inmutaba para nada, su rostro quedaba parpléjico y ninguna expresión de dolor aparentaba. Y sus manos podían ser atravesadas por dos agujas de tejer y sus labios martillados que ningún síntoma de dolor manifestaba, ni siquiera un apretón de ojos o de dientes que indiquen aunque sea el mas mínimo sufrimiento. Se invitaba a alguno del publico al escenario para que corrobore que Argelia era real. Y en la última e imperdible función, antes que el circo se marchara al otro pueblo, la mas arriesgada de las demostraciones, aclárese función no apta para cardíacos y mujeres embarazadas, y como requisito esencial debía llevarse carnet de seguro medico y firmar un contrato en donde una clausula establecía que el Circo Maravilla S.A no se hacia responsable por los perjuicios que podía sugestionar tal número : Argelia era asfixiada y apretada por unas pesadas cadenas de hierro durante cuatro minutos y medio. Y ella sobrevivía a esa terrible actuación, sin mayores sobresaltos y estupefacta seguido de aplausos frenéticos de los espectadores atormentados y boquiabiertos.
Algunos la llamaban Argelia la invencible, y otros Argelia la mujer Maravilla
Algunos la llamaban Argelia la invencible, y otros Argelia la mujer Maravilla
Argelia así fue conquistando y maravillando a la gente y a investigadores. Luego de varias suposiciones y estudios, se declaró que Argelia padecía de inmunidad a la vida, enfermedad que sufren algunos quedando con el cuerpo anestesiado y adormecido convirtiéndose exentos a la subsistencia, supervivencia y a cualquiera de sus derivados,dejándolos sin sentir nada. Entumidos. Sin admiraciones ni sensaciones Argelia va inmune a la vida
Por eso la humanidad está como está; el dolor más profundo provoca curiosidad morbosa,
ResponderEliminarExcelente descripción; y muy interesante el pensamiento que deja (por lo menos a mi),,, que la ausencia de dolor también supone la ausencia de placer,
quizás uno sienta a través de los opuestos,
me voy pensando-sintiendo; un fuerte abrazo.
Es la ausencia de la posibilidad de no sentir ni creer en nada ni en ninguno. NI el dolor ni el placer forman parte de Argelia, porque ha elegido una vida inmune a las sensaciones, o quizás también sera que después de tanto dolor ha anestesiado el cuerpo y endurecido el alma.
ResponderEliminarConozco a gente así.
Abrazos!