Tantos se habrán quedado desnudos en esta habitación,
que hasta puedo ver pedazos de cada uno
que ha permanecido mas de un cuarto de turno
en estas cuatro paredes que respiran agitadas.
Esta habitación confidente de engaños,
refugio de desesperados,
cuarto sin descanso,
aposento de amores ocultos.
Tantas verdades desnudas,
tantos gemidos revueltos,
tantos orgasmos incesantes,
tantos parricidios cometidos,
tantos deseos encontrados, culminados y fusilados,
tantos reencuentros esporádicos,
y algunas aventuras impúdicas
que han quedado escondidas debajo del colchón.
Y aquí estamos los dos, con la ropa puesta y los ojos desnudos,
esperando que termine nuestro turno con desasosiego
olvidándonos allí nuestra moral cristiana
y nuestras blasfemias ganas de hallarnos entre las sábanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario