martes, 17 de enero de 2012

Y los versos de amor estan de huelga

Deje la cocina impecable, y como todas las noches después de cenar, preparo mi te de durazno con miel, enciendo un cigarrillo y me desplomo en el sillón con algún libro en la mano.Es mi momento predilecto del día.

Al azar elijo uno, o según mis ánimos, si quiero literarizar mis sentimientos, entonces hago una búsqueda lírica que encuadre con lo que me pasa, creo que esa parte de leer me fascina, la preleectura de mis emociones.
Cuando estoy lista, apoyo mi te en el borde del sillón, acomodo mis inquietudes(que luego se vuelven a alborotar con facilidad) y ya a esta altura me encendí otro cigarrillo.


Con que sorpresa me encontré cuando todas las paginas del libro estaban en blanco, estaban vacías. Donde se abran ido las letras. Me preocupaba por el soneto de amor desesperado de Ocampo, se suicidaría el pobrecito si salio así tan atormentado, y que habrán hecho los versos mas tristes de esta noche, y ni quería pensar en los versos de Teodoro Llorente que habían pasado toda la noche sin dormir pensando en ella. No me preocupaban los Cronópios, no es la primera noche que pasarian lejos de casa, pero y las Famas y las Esperanzas?!

Hicieron huelga todos los sonetos de amor, se cansaron de estar de luto y de tantas penas y tantos desamores y desvarios. Se agotaron de tantas miserias y de tantas soledades.Protestantes se marcharon de sus ediciones y decidieron culminar con tanto sufrimiento. Muchos se habrán embriagados, otros habrán cometido locuras y otros versos sin pensar mas se habrán acostado con ella.

Ni les cuento el sosiego que me dio cuando vi al verso de Pessoa sentado a la orilla del rió junto a Lidia, desenlazando sus manos, cojiendo flores y colocandolas sobre su regazo y el perfume suavizando ese momento en que sosegadamente no creían en nada, paganos de la decadencia.

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