Tan frágil y virginal se veía,
su silueta ingenua pincelada con tanto decoro
Su piel denuda, lisa y pálida,
sus cabellos negros recogidos con ambas manos hacia atrás,
sus senos firmes,entraban en la cavidad de una de mis manos,
eran dos cascarones tajados en la misma medida
Cuanta belleza escondían sus ojos,
cuanta inocencia encerraba su pubis, su monte de Venus,
Con que delicadeza se miraba frente al espejo.
Ella era tán bonita,
Musa de las musas, era la diosa Afrodita Anadiomena, era el bálsamo de la pureza, era la calidez que te hacia arder los pensamientos mas sucios, mas sátiros e indecentes. Ella era la pureza hecha mujer, y con que liviandad iba aromatizando toda la sala con el incienso de su cuerpo fresco y jovial, con el danzar de su cintura.
La acariciaba en cada pincelada, sin que ella lo notara, el oleo se iba convirtiendo vivazmente en el retrato mas armonioso que haya pintado jamas, y fue casi tomentoso, sugestivo, seductor diría no poder tentarme con dibujarme a su lado.
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